El hidrolato es el agua destilada (vapor de agua que se ha vuelto a condensar) que se separa del aceite esencial, y se recoge al final del proceso de destilación. Los hidrolatos contienen compuestos volátiles solubles en agua y poseen propiedades terapéuticas y cosméticas.

A pesar de que la mayoría de los aceites esenciales se puede aplicar sin diluir, te recomendamos diluirlos siempre como medida de seguridad contra la irritación tópica, la sensibilidad o la fotosensibilidad.

Con el fin de evitar el mal uso y con el fin de asegurar su máximo beneficio, compartimos una serie de recomendaciones.

Los aceites esenciales pueden ser muy potentes por lo te recomendamos diluir el aceite esencial con un aceite portador.

Dado que la pureza y potencia de los aceites de calidad es muy alta, deben ser utilizados con precaución. Sobre todo es importante tener cuidado con el uso en niños, ya que los menores de 12 años necesitan dosis mucho menores que los adultos. Si se utilizan en la piel deben estar siempre diluidos. Y en el difusor por períodos más cortos de tiempo.

Los aceites esenciales pueden ser administrados por varias vías ( difusión, tópica, oral, rectal, etc.) excepto intravenosa e intramuscular. Dependiendo del uso que le vamos a dar al aceite esencial se utiliza de una manera u otra.

La clave para producir un aceite esencial de calidad es que el aceite conserve la mayor cantidad posible de compuestos aromáticos. Un aceite esencial de calidad podría beneficiar o ayudar con problemas de salud de forma natural y sin efectos secundarios.

Se convierte en aceite esencial tras la destilación, que es el principal método para extraer de las plantas los aceites esenciales.

Los aceites esenciales son una mezcla de sustancias aromáticas producidas por muchas plantas.

La aromaterapia actúa sobre nuestro sentido del olfato y mediante la absorción al torrente sanguíneo.